“Ante el dolor de tener que pintar sola,
Ante el dolor del rechazo,
Ante el dolor del ataque.
Ante la vista de la realidad cruel.”
“Con mentiras,
Con verdades,
Con muertes,
Con estúpidos derrames.”
El mundo da mil malditas vueltas.
Me mareo.
Siento asco,
Estoy a punto de vomitar.
De devolver lo que hay dentro,
Devolver la vida por la boca;
Escupir el corazón,
Vomitar las viseras,
Vomitar la razón.
Gira el mundo,
Yo en medio.
Sola en la mitad de nada,
En la mitad de un todo que solo me rechaza.
El mundo sigue girando,
Corre.
Y yo sigo en la mitad,
Sigo en medio sin poder mover un solo músculo,
Sin tener idea de que hacer,
Cómo detenerlo,
Cómo salir,
Cómo poder dejar de sentir los deseos de vomitar.
Sola.
Y el sol, demasiado brillante,
Demasiado duro.
Quema,
Lastima.
No puedo abrir los ojos y mirar bien,
No puedo mirar nada.
En mi han clavado un pincel por la espalda,
Y no cae sangre,
Se queda dentro,
Más me hace morir,
Sufrir,
Agonizar.
Quisiera que saliera tanta sangre ya coagulada,
Que saliera de mí.
Y mis ojos ya no saben lo que ven,
No saben lo que quieren ver.
Y aún el mundo no para.
Mis pinturas por error explotan,
Termino con la cara pintada.
Y las manchas no se borran,
Quien sabe cuando salgan.
La lluvia no descansa.
Idiota en un mundo de inteligentes.
Muerta en un mundo de vivos.
Cian en un mundo blanco y negro.
Cian en un mundo magenta.
Sin historias más que dolor.
La pintura no se quita,
Y el diluyente quema.
Mis ojos se esconden de los tuyos;
Se esconden del todo,
Se esconden de este mundo.
Sola.
Y el mundo no se detiene.
Sin saber que quisiera mirar,
La verdad de quién escuchar,
La mentira de quién querer vivir.
La pintura de mi rostro sola no se quitará,
Mi mano ese color no podrá borrar.
Sola,
Mutilada.
Sola,
Eternamente manchada.
En medio de algo que quizá alimenté,
En medio de algo que quizá sola me puse a fantasear.
Condenada por mi mano,
Pintada por mis ideas,
Mis ideas que solo algo más fuerte sabrá hacia donde van.
Sabrá cuándo me podrán castigar.
¿Quién lo detendrá?,
¿Quién me detendrá?
Absorta en la agonía de un pincel limpio;
Atrapada en la lucha entre vivos.
Vivos conocidos que se alejan,
Conocidos muertos que se van,
Amores perdidos,
Pinturas derramadas.
Y más.
Más lluvia de soledad,
Más marcas que no se cómo quitar.
Más mundos que necesitan una heroína que no está,
Una heroína que no ha aprendido a volar.
Y cae,
De nuevo cae.
La pintura que me esforcé por arreglar se desmorona.
El viento juega en mi contra.
La suerte no existe.
La verdad está en las manos de quien no debería estar.
Me juegas sucio,
Y con mi propio pincel me atacas.
Mi pincel me acaba,
Mi propia mano me sepulta.
Me juego en contra,
Me ataco sin razón,
Sin piedad,
Sin corazón.
¿Dónde está el freno?
El mundo aún continúa.
Sentada en medio de todo,
Sola.
Escucho las exigencias de la vida,
Escucho los reclamos de lo que ahora no doy,
De lo que ahora no daré,
De lo que jamás daré.
Suspiro.
Me declaro un sabático,
Intento revivir.
Intento seguir.
La pintura no se quitará.
Sola.
Intento salvar sola mis manos de mi corazón,
Salvar mis manos de mi razón.
Con freno,
Con desenfreno anda el mundo;
No piensa en mí,
En la muñeca que ya no vale nada más.
Y el pincel ¿quién lo sacará?
Nadie;
Ni tú,
Ni yo,
Ni él.
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