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Las mentiras de la mortadela

Son las 3 pm y muero de hambre.

Recuerdo entre sueños que mi mamá me despertó para mostrarme que me dejaba unos panes con mortadela en el bolso.
Acabó de sacarlos dispuesta a comerlos, no tienen mortadela, son panes vacíos, y para ser más descriptiva, son los panes duros, casi tostados que tanto odio.

Supongamos que la moraleja es siempre tener comida para emergencias en el bolso.