Publicado el Deja un comentario

Viernes 18 noviembre 2011


2:54 am

Después de un tiempo empecé a pensar las catástrofes de la vida diaria, era una enana en un mundo de gigantes idiotas. Le buscabas las patas a un gato, o al menos eso decían los demás, los que eran lógicos. Y pues, así era yo, mirando un centímetro mas allá de lo que los debas veían, mirando la mayor parte del tiempo el lado negativo. Debería dedicarme ser Evaluadora de riesgos, quizá realmente ganaría dinero de esa forma.

Pensaba en palabras, de vez en cuando me daban mis arranques de hablar más de la cuenta y el instante en el que el interlocutor respondía con una canción de las que le gustaban a mi madre sabía que era el momento de colgar y hablar más conmigo misma.

Si, esa era yo pensando en lo negativo.

En el transcurso del día había leído a tantos idiotas descabellados, la mayoría muy egocéntricos para mi gusto, otros solo estúpidos.

Buscando la paz abrí un documento en blanco y utilizando mi tan amada técnica del cadáver exquisito empecé a dejarme llevar sin pensar.

FIN

Pd: si no te gusta mi soliloquio puedes comerte un grillo e ir a molestar a un cura en huelga, gracias.