
Desayunamos viendo las noticias, nunca hacemos esto entre semana, casi siempre cada uno desayuna en su oficina por el apuro. Ahora nada es como antes.
367 casos confirmados con coronaviru en Ecuador. 426 enfermos al finalizar el día.

Fran y yo estamos trabajando juntos, como hacíamos años atrás. Solo que ahora no lo hemos decidido nosotros. Nos sentamos uno diagonal al otro, nuestras computadoras están juntas y hay un espacio entre ellas por donde podemos vernos. Un truco para sentirnos menos solos en medio del silencio y la ausencia de otras personas.
De vez en cuando uno de los dos canta, baila o le lanza un beso al otro. Lo hacemos cuando notamos que nuestro compañero está preocupado o triste. Dos emociones muy comunes ahora.
—¿Qué quisieras hacer cuando acabe todo esto?— me pregunta Francisco mientras trabajamos. Trata de provocarme esperanza por volver a nuestras rutinas, a las cosas que nos gustan. —¿Quisieras comer pizza?— sonríe.
—Quisiera ver a mi mamá.— Es lo primero que digo. Lo único que digo. Luego me ruedan las lágrimas por las mejillas.
Una de mis amigas de toda la vida es parte del cuerpo médico que trabaja en los hospitales que batallan contra el Coronavirus, ahora busca un lugar donde quedarse porque no quiere contagiar a sus padres, su papá tiene cáncer.
A Fran y a mi solo se nos ocurre sugerirle que pida ayuda en redes sociales. Al final de cuentas ¿ese no es el objetivo de las redes, distribuir información, conectarnos?
La ayudamos. Redacto un texto para ella y Fran diseña una imagen que compartiremos con la esperanza de que llegue a alguien que brinde una solución.

Dentro de este mar de situaciones conflictivas, de desconcierto, donde Francisco y yo no tenemos herramientas para solucionar nada (porque no somos médicos, investigadores, policías, ni siquiera políticos) dar la mano a una amiga con lo que sabemos (escribir ideas, diseñar, usar redes sociales) es una forma en la que ponemos nuestro granito de arena en esta batalla. Una trampa contra el miedo y la impotencia. Una distracción contra la angustia por las malas noticias. Un shot de realización por aportar en esta enorme causa. Un rayo de luz.
¿Cómo estás ayudando tu?
Cosas que he descubierto durante la cuarentena:
• Dalgona Coffee, una bebida de café popular en Corea del sur que es fácil de hacer en casa. – https://bit.ly/2vGnOD5
