He llorado tu nombre miles de veces y he perdido la cuenta.
He escrito poemas, cuentos, cartas que nunca verás.
Me consume el silencio, la incertidumbre de saber si piensas en mi.
Me consume la ansiedad, el dolor.
La añoranza es un vicio, una delgada y yo dependo de ella. ¿Quién soy si no te extraño? ¿Quién soy si no te pienso?