A veces me domina la inseguridad y te pregunto con voz mustia ¿me quieres?. Otras veces la inseguridad me ataca por la espalda, y desgarro mis brazos con cuchillas. La misma maldita pregunta despedaza mis sesos: ¿Me quieres? ¿En serio me quieres?
No necesito un preámbulo para dejar florecer todas mis ideas, no necesito narrar una introducción a mis sentimientos: te quiero, y tanto cariño me consume.
Bebes de mi, de mi deseo, de mi sexo. Bebo de ti. Las ganas son ese lazo que nos une.
Oscuridad.
¿Qué soy? En mis entrañas burbujea el sentimiento. El cruel cariño.
Soy adrenalina, impulsos nerviosos. Soy cariño.
Estamos ubicados al final de la sala envueltos en oscuridad.