Redacto una feliz y positiva carta llena de ideas esperanzadoras, relucientes, ensoñadoras.
Y NADA DE ESO ES VERDAD.
Estoy parada en un pie sobre la línea limítrofe entre la locura y la cordura mientras el viento me mece hacia el precipicio que alberga la más grande agonía de la existencia.
Mi alma. Mi golpeada alma se queja.