
Bien reza el dicho: Roma no se hizo en un día.
Está bien soñar en grande, el inconveniente es cuando nos ilusionamos con un deseo sin estructura y creamos expectativas muy elevadas.

Nuestras expectativas se convierten en perfeccionismo, creemos que si no logramos ser “exitosos” al primer intento entonces es inútil el esfuerzo, o nos decepcionamos por no tener los mismos resultados que otras personas al primer intento.
Las metas se construyen paso a paso, se llega al punto Z avanzando por las otras letras del abecedario, y el éxito lleva tras de sí trabajo constante y duro. Si no logras tu big dream después del primer intento no permitas que las expectativas de “cómo debería verse” te detengan. Analiza cuándo “lo que esperas que ocurra” se ve irreal, y modifica tu estrategia en la marcha. No es tan importante la forma como logres tus objetivos como cumplirlos
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