Hola queridos míos, ¿cómo están?
Mientras escribo esto es la 01:13 de la mañana, llovizna ligeramente, tengo la muñeca adolorida por estar muchas horas frente al computador y me duermo. Pero, a pesar de que esto parece una lista de quejas estoy feliz.
Esta historia, que pretendo que sea corta, empezó a las 9 de la noche, cuando Fran me había dejado en la casa y empecé a ordenar la bandeja de mi almuerzo; y al mismo tiempo dejaba que el desgano y la frustración me agobiara. No quería dibujar, aunque la ilustración para hoy ya estuviera a medio hacer y tampoco tenía ganas de publicar algo aquí.