Te sueño en aquellas situaciones en las que te soñé durante tanto tiempo y que tanto miedo me provocaban.
Te pienso como si fuera inevitable y las ideas son grotescas. Veo ahora tantos defectos que cuando era joven y virginal no podía ver, siento ahora todo el asco que en esa época no podía sentir. Y a ratos no siento nada, a ratos las ideas son como memorias mal contadas de un extraño, no siento nada.
Y soñarte, y pensarte despierta en mi deseos, deseos de nuevamente olvidarte.
Me ofrecen alcohol, como cura divina, como amante. Mi nuevo amante es el, insaciable de mí. Me busca, me persigue y yo me escondo, acerco ligeramente mis labios a el y emprendo la carrera en dirección contraria.
Veo personas que antes me provocaban sensaciones, y ahora no siento nada. Has perecido a manos del tiempo.