
—Hoy es sábado— pienso mientras miro el techo. —Es sábado me repito. —Y que solos estamos.—
Estoy acostumbra (quizá mal acostumbra) a salir los fines de semana, distraerme, ver amigos, ver personas. Caminar por las calles que sentía seguras hace no mucho, andar a donde quiera.

En el 2006 tuve mi primer enamorado. Éramos una combinación destructiva de inmadurez y obstinación. Duramos poco, unos 8 meses. Muchos años después él se mudo a Europa, se casó, tuvo 5 hijos. Ahora su esposa espera el 6to.
Hoy me enteré que su hijo más pequeño dio positivo para el virus y posiblemente él, su esposa y los otros 4 niños también lo tengan.
¿Esto realmente está sucediendo?
El día de hoy 793 personas han fallecido por Covid-19 en Italia. En ecuador el vicepresidente ha declarado suspendidas las actividades laborales hasta el 31 de marzo.
Las noticias me golpean con brutalidad en la cara, en el corazón. Tiemblo, me estremezco, se me saltan las lágrimas de los ojos.
Siento tantas emociones cayendo sobre mi como olas, como fuertes bofetones, como rocas que tratan de derribarme. Todo es tan extraño, tan indescriptible, tan absurdamente loco. Nunca, ni en mis pesadillas más oscuras hubiera imaginado algo como esto. Quizá ninguno de nosotros lo hubiera imaginado.
A veces pienso que al escribir este diario estoy narrando una distopía, que le estoy contando a un amigo el resumen de una historia apocalíptica. A veces pienso que esto no es real, que esto no ocurre, que solo vive en mi atrevida imaginación.
Encerrada en mis cuatro paredes esta realidad parece no tener sentido. Es una mentira, una ilusión, un absurdo. La historia terrorífica de algún guionista descabellado, de un científico loco y malvado. No lo es.
Me golpeo contra la verdad. Ocurre, está pasando, me está pasando, nos está pasando a todos.

Con cada nuevo conteo de personas contagiadas que publican los medios oficiales Fran calcula rápidamente la cantidad de personas que ha aumentado. Los números lo tranquilizan y aterran. Lleva el cálculo mental de los porcentajes de crecimiento para estar seguro si debe preocuparse o tranquilizarse. Al final del día solo es la primera. Sin embargo se mantiene positivo, me dice que vamos a salir de esta, que todos saldremos.
En los últimos días lo único que leo o veo son noticias, he perdido el interés por los libros y las series. Por el nerviosismo he perdido mis viejas costumbres. Ahora mi vida gira en torno a lo que ocurre en el presente.
Descubrimientos en la cuarentena:
• POR QUÉ DEBERÍAS ESCRIBIR DURANTE LA CUARENTENA DEL CORONAVIRUS UN DIARIO > https://bit.ly/2Ucr6Hw
• Diario de su cuarentena: use el poder de escribir para superarla > https://bit.ly/2xU1x5g