Sí, todo esta fantásticamente bien.
Sigue pensando una vida entera en las malditas arañas,
Que más da.
Ya no importa.
Miento.
Si importa,
Pero ahora ¿qué puedo hacer?
Sí,
Te sigo pensando.
Señor mío,
Señor pequeño de mi corazón;
¿Qué haré entonces yo?
Morir de hastío,
Morir de asco.
Tú sigue amando a la bestia, Que la bella se alejará. Tú sigue queriendo la basura,
Que este pequeño diamante algún día se vengará…
No te acerques,
Ya no más,
O con su maldito olor me vas a matar.
Muere tú, muere ya.
Mueran ambos en este maldito final.
Te pedí un final,
Ya lo tengo,
Ya moriste.
Ya todos murieron.
Las lágrimas no compensan mis sueños partidos,
Mis sueños que renacieron,
Volvieron a soñar
Y así murieron.
Maldita ella
Y maldito tú.
Maldita yo por suspirar.
Ok,
Yo estaré bien,
Mientras tanto tu y ella pueden morir,
Ya que importa.
Basura ella,
Basura tú por quererla.
Y con mis labios que nunca serán tuyos susurro mis bellas historias:
Tu padecimiento y el de ella.
Y con mis labios que nunca serán tuyos agradezco jamás haberte tocado,
Tú animal sucio que a ella tocaste.
Está bien,
Por la basura no hay problema.
No puedo más,
Y así como tu vampiro quiero ver sangre correr,
Su sangre sucia caer.
Nunca la bebería,
No nunca,
De asco podría yo padecer.
De suciedad morir.
Jamás caería tan bajo como la maldita araña.
Absurda si,
Maldita si,
Basura si;
Quiero verte morir,
Morir sola sin mi tierno corazón,
Sin mi tierno señor.
Quiero darte vida, querido
Y para tus ojos el único precio seria su cabeza inerte,
Quizá para mis ojos.
Maldita basura.
Ayer te conté un cuento hermoso,
Tan maravilloso:
Ella no existía.
Ella jamás te toco.
Lastima del sueño,
Lastima de que sea solo un bello cuento.
Olvídala,
Olvídala ya,
O la tendré que matar.
Lastima del señor que la amó,
Lastima del estúpido señor que a la basura su corazón entrego.
De la basura vienes maldita,
Y a la basura vas maldito.
Maldito tu por quererla,
Maldita yo por quererte así.
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