Lunes 9 de septiembre del 2013
Le pregunté si me quería.
Le pregunté qué sentía.
Le pregunté si pasaría toda la vida conmigo.
Prométeme romanticismo y paciencia, prométeme eternidad.
Le pregunté si realmente me quería y mi alma quedó desnuda a sus pies. Entre nosotros ya no cabía la vergüenza.

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[…] Ilustración para una historia en prosa titulada No existe la vergüenza. […]