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Él II

Hoy le pido a él me deje morir,
Hoy le suplico me deje ir.

Él no me lo permite,
Él no me deja huir.

Él mueve mi vida a su antojo,
Él me seduce a su baile enfermo de crueldad.

Hoy lloro junto a sus pies,
Hoy el me ata para que no intenta volver a escapar.

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Sorda

Caminando en un infinito sendero,
Habitando en un infinito sueño;
Amada hermosa,
Amante bello.

Tendida entre cantos y cuentos,
Dormida entre música y sonetos.
Abrumada, perdida;
Coloreando una danza tétrica sin vida.

Egoísta que no se presta ni dona,
Corrupta que no teme ni llora.
Fanática extrema,
Burguesa eterna.

Señora de Bestias y Momias.

Amada de odio,
Amante sin dueño.
Vacía y vana;
Maldita pena tirada en el suelo.

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Mutante

Maestro de sueños y pesadillas,
Creador de vida y de muerte.
Invencible dios de fantasía
Magnífico toreador.

Maravillosa criatura de belleza sin igual;
Fantasía barata.

Mujerzuela sucia de burdel,
Payaso deforme,
Perro callejero,
Mutante infiel.

Glorioso dueño de mundo,
Señor de porquerías.

Sin imaginación que le permita crear,
Sin alas para volar.

Sueño aplastado;
Pez ahogado.

Bastardo,
Quimera ridícula.

Amado mío.
Fugaz enemigo.

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Él I

Hoy el está conmigo queriéndolo o no.
Hoy el me acompaña en las horas de pesado sueño.

Está aquí obligado por mi corazón.
Esta aquí, llenando todo con su presencia atroz.

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Delirio VII

Eras tú mi amante perfecta,
Señora mía de deseos, lujurias y pasiones prohibidas.

Eras tú y serás siempre mi bellísima fantasía,
Mi amada,
Mi perfecta y eterna poesía.
La diosa de mis sueños de agonía.

Mi risa,
Mi consuelo,
Mi amor magnífico,
La desesperación neurótica sin freno.

Mi sol,
Mi luna,
Mi soporte,
Mi elefante fiel que el mundo sobre tu lomo sostenías.
Mi amante perfecta.

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Lo que no dije y no diré

Está lo que callaste amor por compasión y desgano de amar, está lo que ocultaste, querido, entre las sombrías y enmohecidas sábanas  de tu habitación. Lo que abandonaste para mi, lo que me robaste entre la penumbra de la noche.Está tu silencio maldito que no deja de existir, que ni el llanto de ella permite mancillar. Está mi infernal y siniestro remordimiento que ya no se cómo ocultar.

Y la caminata es larga por aquella cuesta sin sentido, y las ansias locas de volver continúan ahí, se mantienen desgarrando las camisas, quebrando nuevamente las copas, Estás tú, hermoso, tendido en la nada del mundo mirando las gotas caer por mi rostro. Estoy yo, aturdida en la soledad de un cuarto vacío, oscuro, en espera de algo que no se por qué ha desaparecido.No esta esa foto, con su inigualable maldita voluntad, no está aquella carta de aprobación que me da la libertad de actuar.

Y entre las rocas la ira me tiñe el rostro del purpura de antigüedad. Estoy sentada sola frente a esa pantalla natural de indomable hermosura. Los ojos se me parten, los oídos amargos por oír tantas mentiras me sangran.

Escucho a lo lejos los gritos insaciables de aquellos miles de espectadores que vienen aquí por mí, por ti, por el espectáculo sangriento. Malditos animales sedientos de carne cruda, de mi carne, de tu carne inmunda.

Y aún así no intento dejarte, seductor amor de infiernos hermosos. Tú maldito me alejas rápidamente con tus ojos perfectos, con tus mil palabras de hielo que sé que no volveré a tener, con tus silencios macabros;Me desnudas sencillamente con tu voz de acero,Y el mil veces maldito perfume de cuerpo me embriaga de vuelta a ti, a mi inmovilidad, a mi muerte, y servil me manifestó a tus manos otra vez.

Corro desesperadamente en busca de aquellas piedras con las que me intentaré liberar. Mentira, caigo de nuevo en una espera absurda queriendo no se qué encontrar.

Te amo innegablemente para ti y para mi; y entre las cortinas de agua dulce intento esconder mi corazón.Tú ignorante de la vida y la muerte despedazas a hachazos las ideas del toreador, caigo de la red, desciendo en la nada. Y te atreves aún así a contar tus bellos y sádicos dramas, te mofas de mí a mis espaldas conociendo mi dolor, tomas la maldita estaca y detenido una vez más en el tiempo muerto, en el tiempo de tus cuentos me invitas a bailar;
Bailamos a tu ritmo una maldita vez más, y con los ojos cerrados empiezo, cánticos angustiado, a inventar.

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Matías

“La ficción que tiene parte de verdad,
La verdad que es más sencilla contar en un sueño,
El sueño que se niega a dejar de soñar,
Las personas que se esconden tras las palabras de una ficción.”

Me llamas,
No quiero ir.
Me buscas,
No te quiero ver.

Y sigues,
Insistes.

Y esas manos que no quiero sentir suben lentamente.
Las aparto,
Las desprecio.
Y tú sigues,
A pesar de la lluvia.
Avanzas.

¿Quién te detendrá?

Las cortinas se cierran,
La luz se va.
Mis ojos se niegan a mirar,
Mis labios se niegan a negar.

Suspiro.

Y tú tan frío,
Tan caliente,
Tan normal;
Para ti todo es normal.

Para ti asesinar es lo más normal.
Destruir el alma es normal.

Y los pétalos de la flor caen,
Los pétalos de la flor roja empiezan a volar.

Tus sueños se hacen míos,
Mis sueños se hacen tuyos.

Las sábanas se mueven de un lado a otro.

Quien entiende nada.

Me niego.
Cedo.
Me vuelvo a negar…
Lucho tanto,
A muerte quizá.
Una bofetada,
Una gota,
Una mancha de café.

Cedo.

Un grito muerto.
Mis ojos que no te ven.
Te acercas,
Me quedo quieta.

Y tus ojos sanguinarios me matan,
Su crueldad,
Su dureza,
Su maldita indiferencia.

Algo en mi quizá se levanta,
Algo en mi quizá te desea matar.

Y pienso,
Y sufro.

No hablas,
No escuchas;
No te detienes ahora a pensar.
Continuas.

Tus manos me queman,
Mis sueños se parten.
¿Quién te entiende?
No quieres ser entendido.

Continuas.

Mis manos están cansadas,
Están dormidas.
Mi cerebro hace tanto que se alejó.
Ya no duele,
Ya no mata,
Ya no siento.

La flor bella,
La flor tierna se marchita.
Duro,
Muerto;
Cae.

Que maldito dolor,
Que terrible agonía.
No termina ni con el tiempo, Ni con el espacio.

Te levantas,
Te vas.
Tras de ti azotas la puerta.
Y por ahora acaba.

Quien sabe como querrás luego torturar.
Me quedo tirada entre los despojos de mi.

Te has ido,
Y aquella marca crecerá.
No se detendrá.
Y con cada palabra el recuerdo me perseguirá.
Con cada mirada aquella historia volverá,
Mi piel nuevamente la sentirá.

La réplica de tus ojos,
La muestra de tus pasiones.

Tú, en frágil y pequeño.
Él, mi hijo.

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